La corta distancia que me separa de la inmensidad del rio es simplemente de cuatro pasos. Con esos leves pasos puedo contemplar toda su enormidad, siempre y cuando un sol resplandeciente lo ilumine. Algunos días me da toda la paz que necesito, me da toda esa ilusión que es la de navegar hacia ningún lugar que en definitiva es en si mismo el lugar. Otros se manifiesta en forma de ilusión, a pesar de no poder verlo con claridad debido a la fuerte neblina invernal. Caminar en su orilla, mirarlo moverse con esa lentitud y gracia que sólo el tiene, no me permite moverme de su lado.
El rio me da las respuestas a mis preguntas, es mi compañía mejor, es todo ese anhelo de felicidad manifestado en una gran masa de agua. A veces somos tan parecidos, quizás el río y yo nos unamos un día, nos fusionemos para ser uno, y por supuesto que tengo miedo, pero este es tan grande y hermoso que ya no puedo temer, intentaré con cada uno de mis cuatro pasos estar más cerca, sin que ninguno se espante, sin que ninguno retroceda, porque es sabido que el rio teme al hombre y el hombre teme al rio. Pero nada de eso ya importa, después de tanto tiempo nos conocemos y de alguna forma yo soy del rio y el rio es mio.
Posts Ineditos: El Enemigo En Casa....
Hace 10 años
uooo... qué crónica ganadora
ResponderEliminardetrás de cada crónica ganadora se esconde una crónica perdedora.
ResponderEliminarMuy lindoo :)
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